REDACCIÓN: NADIA OSMAN GARCÍA 

El pasado 12 de mayo, Día Internacional de Enfermería, el Iltre. Colegio Oficial de Enfermería de Sevilla (ECOES), inauguró su ’Exposición histórica permanente’ en una de las salas de la sede. La misma es una iniciativa de la Delegación de Colegiados de Honor de la entidad colegial, liderada por Catalina García Asuero y Luis Alfonso Aparcero Bernet y aprobada por la Junta de Gobierno.

A la misma asistieron como invitadas Regina Serrano, delegada de Salud y Familias en Sevilla de la Junta de Andalucía, y Teresa Miralles Sangro, enfermera e historiadora quien la inauguró, junto al presidente de las enfermeras sevillanas. Miralles previamente había ofrecido la conferencia ‘La enfermería en un sistema mundial de imágenes’.

La exposición tiene como objetivo difundir el desarrollo de la actividad enfermera a través de los enseres utilizados en los cuidados a las personas. Se presenta como un recorrido en el tiempo y a través de ellos se promueve el conocimiento y la evolución histórica de la profesión. Consta de distintos utensilios, libros, catálogos, documentos e imágenes del colegio profesional gracias a las donaciones o préstamos temporales de las enfermeras. 

“El concepto de salud ha evolucionado, al igual que lo hemos hecho las enfermeras. Hemos hecho historia y vamos de la mano de todos aquellos enseres que utilizábamos en antaño para nuestras tareas. De manera que nos parecía adecuado tener un espacio permanente en el Colegio donde todo compañero que entre pueda viajar en el tiempo”, explica Víctor Bohórquez, presidente del ECOES. 

Catalina García Asuero, delegada de los Colegiados de Honor, matiza que “es un guiño al pasado. A partir de ahí encontramos de todo, auténticas reliquias, como pisteros de cristal y porcelana, cubo metálico de enema, uniformes de los años 60-70 y hervidoras eléctricas y de formaldehído, entre otros”. Por su parte, Aparcero Bernet hace mención al escudo del primer Colegio Oficial de Matronas de la provincia de Sevilla de los años 30 y a un autoclave del año 1905. “Contamos con una amplia colección de cálculos renales y vesicales que ya no se ven desde que existe la Litotricia. Así los tratamientos invasivos dan paso a otros que dejan menos huella en el paciente”, concluye el delegado de los Colegiados de Honor.