Inicio Sala de prensa «COMO ENFERMERA, MADRE, HIJA Y CUIDADORA DE LA SALUD TENÍA QUE APORTAR MI GRANITO DE ARENA EN LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DOMÉSTICA»
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REDACCIÓN: ECOES
Nuria Garzón estudió la diplomatura de Enfermería en la Escuela Ciencias de la Salud de Sevilla, lleva 20 años como enfermera en el Servicio Andaluz de Salud y actualmente ejerce en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
Su trayectoria profesional la ha compaginado con su formación y se ha centrado en materias específicas para los servicios en los que ha trabajado, como hemodiálisis, quirófano o laboratorio. Además ha ampliado sus conocimientos en ámbitos como la Prevención de Riesgos Laborales. A lo que suma un título Experto Universitario en Gestión de Recursos Humanos en Enfermería, un Certificado de Aptitud Pedagógica por la Universidad de Sevilla y un Máster en Farmacoterapia para Enfermería.
P: ¿Qué va a encontrar el lector en el libro ‘Comprender para sanar’?
R: El lector va a encontrar una guía práctica con todos los indicios de maltrato físico, psicológico y sexual desde la infancia hasta la tercera edad. Así va a poder identificarlos y detectarlos, tanto si llega a consulta como si lo percibe en un familiar, amigo o uno mismo en primera persona, y puede ponerle nombre a lo que se trata en muchos casos: violencia doméstica que somatiza o se manifiesta con todos sus indicadores. Así cómo los protocolos y técnicas de autoayuda para poder salir de esa situación o ayudar a un ser querido que lo sufra.
P: ¿Cómo surge la idea de elaborar esta obra literaria?
R: Me planteé que como enfermera, madre, hija y cuidadora de la salud tenía que aportar mi granito de arena en la lucha contra esta lacra social que es la violencia doméstica. Tenía que ofrecer parte de mis conocimientos para que se detecte a tiempo y sensibilizar -humanizar a la sociedad en general- para que se conciencien, actúen y no miren para otro lado.
P: ¿A quién se lo recomendaría?
R: Recomendaría mi libro a todos los profesionales sanitarios para que ante indicios muy evidentes tengamos la formación adecuada y podamos detectarla a tiempo. Así como a toda la población general que quiera adquirir nuevos conocimientos y comprometerse en prevenir, detectar y ayudar a quiénes están sufriendo una violencia doméstica y, por supuesto, a toda víctima de ella.
«El lector va a encontrar una guía práctica con todos los indicios de maltrato físico, psicológico y sexual desde la infancia hasta la tercera edad»
P: ¿Hay margen de mejora en el Sistema Nacional de Salud para la atención a personas que sufren violencia doméstica?
R: El Sistema Nacional de Salud puede mejorar muchísimo en esta lacra social mediante la formación a sus profesionales para que sepan detectar la violencia doméstica. De esta forma, sabrán cumplimentar correctamente los diferentes protocolos de maltratos que estamos obligados a completar por ley, con la creación de unidades específicas con equipos de profesionales formados correctamente en esta materia. Si un profesional de Atención Primaria o urgencias tiene alguna duda puede derivar a estas unidades específicas donde hay un equipo multidisciplinar formado por psiquiatra, psicólogo, enfermera, pediatra y trabajador social. Gracias a esto, las víctimas de maltrato son detectadas a tiempo y se les puede aplicar un seguimiento terapéutico por un equipo debidamente formado y cualificado.
P: ¿Qué medidas podrían implantarse?
R: Dar los conocimientos a los profesionales sanitarios, tanto durante los años de estudios universitarios como en cursos de postgrado de obligatoriedad, para que estén debidamente formados en detectar y activar los protocolos que están en vigor y sepan cumplimentarlos correctamente, así como que tengan constancia de su existencia. Por ejemplo, las enfermeras escolares pueden impartir talleres, charlas educativas en institutos para que los adolescentes detecten si están sufriendo algún tipo de maltrato o abuso intrafamiliar y cómo pedir ayuda.
Una vez identificadas las víctimas y activados los protocolos, no dejarlos solos en tierra de nadie. Necesitan ayuda psicológica para aceptar y asimilar lo que han vivido y enfrentarse a procesos judiciales duros con personas a las que han querido y en quiénes han confiado y les han maltratado. Y crear grupos de apoyo para que compartan sus experiencias y puedan ayudarse y comprenderse mutuamente.
P: ¿Qué papel juegan las enfermeras ante estas situaciones?
R: La enfermera tiene un papel muy importante, sobre todo en Atención Primaria donde sus pacientes confían en ella. Llegan con múltiples somatizaciones de este proceso de violencia doméstica y ante una buena anamnesis podrá detectar a tiempo porqué la víctima desea que alguien ajeno a la familia le ayude en la situación que está viviendo en silencio por miedo al agresor, que es una persona con la que convive.
A su vez, la enfermera puede coordinarse tanto con médicos de familia como con trabajadores sociales y, en equipo multidisciplinar, puede ayudar a los pacientes que sufran algún tipo de maltrato o abuso intrafamiliar.
«Un niño que ve violencia en su hogar desde que nace, lo normaliza y será otro futuro maltratador»
P: A nivel global, ¿qué falta en España para acabar con la lacra social que supone que cada año miles de mujeres sufran la violencia en sus hogares?
R: En España falta educación y valores dados en el hogar y en la escuela, donde desde pequeños se formen en qué conductas son sanas y cuales son indicadores de maltrato. Un niño que ve violencia en su hogar desde que nace, lo normaliza y será otro futuro maltratador. Si está acostumbrado a sufrir maltrato/abuso seguirá permitiendo que a lo largo de su vida compañeros del colegio o futuras parejas le agredan y vuelvan a ser nuevas víctimas, porque tienen normalizadas esas conductas de maltrato o abuso.
Por otra parte, se prefiere mirar para otro lado. No hay cárceles suficientes para tantos maltratadores. Realmente la cárcel es la solución, salen reinsertados. Hay un seguimiento de los que salen en libertad y no se han rehabilitado después de haber violado o asesinado. No hay suficientes recursos personales en la justicia para llegar hasta el final con cada caso. Cada vez hay más denuncias. Muchas de las causas no se pueden investigar porque debe haber testigos o cámaras que graben los hechos y todo tipo de maltrato y la violencia doméstica ocurre dentro de un hogar. No es tan visible en la calle, aunque sí observamos y percibimos conductas indicativas de maltrato. Creen que es tema de la familia, que mejor que lo solucionen ellos, y no se dan cuenta que mañana quien no se implica puede vivirlo en primera persona o alguien cercano, porque la violencia doméstica ocurre en todos los status sociales. No distingue de raza o género, aunque la brecha mayor ocurre en las mujeres. De ahí que se hable más de violencia de género y no violencia doméstica pero hay muchos niños, hombres, personas mayores que viven maltratados por sus padres, madres, parejas o hijos.