Inicio Sala de prensa «NO CONTEMPLABA EN MI FUTURO LABORAL FIRMAR CONTRATOS EN MÚLTIPLES SERVICIOS, SIN TENER FORMACIÓN PARA ELLO Y DE HOY PARA MAÑANA»
Noticias
Noticias
REDACCIÓN: NADIA OSMAN GARCÍA / FOTO: MANUEL GÓMEZ
Lorena Liñán Díaz tiene 25 años, es natural de Vila-real (Castellón) y pertenece a la promoción 2015-2019 de la Escuela de Enfermería ‘Nuestra Señora del Sagrado Corazón’ de la Universidad de Valencia. Esta enfermera ha ganado el segundo premio de la octava convocatoria de los ‘Premios Especialistas EIR’ que cada año convoca el Iltre. Colegio de Enfermería de Sevilla.
Pregunta: ¿Cuál es su historia con la Enfermería?
Respuesta: Con 8 años empecé a mantener contacto estrecho con el ámbito hospitalario, pruebas, consultas, quirófanos, profesionales sanitarios y hospitalizaciones. Durante mi infancia, uno de mis sueños era ser maestra. Me gustaba inventarme exámenes, escribir en la pizarra y corregir ejercicios a mi hermana y primos pequeños. Conforme fueron pasando los años, y teniendo mayor contacto con el sistema sanitario, este sueño se transformó, pues en mi cabeza rondaba la idea ser enfermera para poder tratar a las personas como me hubiera gustado que me tratasen a mí o a mi familia. Meses antes de hacer la PAU me interesé por Magisterio y Enfermería. Mis dudas se resolvieron cuando entendí que Enfermería no solo tenía como salida laboral la parte asistencial, sino que podía juntar investigación, docencia y asistencial, entre otras.
P: ¿Qué le atraía de la Enfermería?
R: Antes de iniciar el grado, lo que más me atraía de enfermería era la comunicación y relación terapéutica que se establecía con la persona y familia, y que como paciente y familiar he vivido o he notado en falta. Ambos conceptos, comunicación y relación terapéutica, los aprendí durante la especialidad. Esto también da para reflexionar sobre qué se explica o que se prioriza en la universidad.
“Deberíamos estar especializadas para ofrecer mejores cuidados, tener mayor estabilidad laboral y, como consecuencia, mayor satisfacción y menor grado de ansiedad y estrés”
P: ¿Por qué decidió especializarse?
R: Decidí especializarme por muchos motivos. Uno de ellos, y el principal, fue porque no contemplaba en mi futuro laboral firmar contratos en múltiples servicios, sin tener formación para ello y “de hoy para mañana”, como por desgracia funciona el sistema sanitario actual. Creo que es el futuro y que, al igual que otras profesiones, aunque no me gusten las comparaciones, deberíamos estar especializadas para ofrecer mejores cuidados, tener mayor estabilidad laboral y, como consecuencia, mayor satisfacción y menor grado de ansiedad y estrés. Una vez leí en una viñeta que las enfermeras somos “vespas”: ves para quirófano, ves para UCI, ves para urgencias, etc. La realidad es que las enfermeras somos personas humanas que no podemos saber de todo.
P: ¿Por qué ha optado por Salud Mental?
R: Mi inquietud hacia esta especialidad surgió durante las prácticas del grado, prácticas que elegí para confrontar el estigma que tenía, principalmente por desconocimiento. Me bastó con medio día en la unidad de hospitalización de salud mental para reflexionar que “la ignorancia es un arma cargada de metralla”, como leí una vez. Desde ese momento, empecé a luchar contra el estigma que rodeaba a la salud mental, me encargué de que mi entorno entendiera realmente a qué tipo de personas atendíamos, muy lejos de lo comúnmente divulgado. Entendí que la salud mental no entiende de razas, clase económica, profesión o situación familiar.
“Faltan muchas especialidades por crear,
y las que existen, aún no están del todo desarrolladas”
P: ¿Cómo valora la situación actual de las especialidades de Enfermería?
R: Por desgracia, las especialidades de enfermería se encuentran más estancadas de lo que nos gustaría. Faltan muchas especialidades por crear, y las que existen, aún no están del todo desarrolladas. Bajo mi punto de vista, es quedarse a medias si una de las siete especialidades existentes te gusta, ahí tienes que apostar 100% por la especialidad e intentarlo las veces que sea necesario, al final se consigue y vale la pena. Tengo compañeras y amigas que su área de interés principal son las urgencias, UCI, diálisis, quirófano o el ámbito escolar, por tanto ellas no tienen opción a especializarse y tienen que adquirir conocimientos por otras vías. Aquí me gustaría exponer una realidad presente en muchas comunidades autónomas. En Andalucía, por ejemplo, se entiende la figura de la enfermera especialista en salud mental al 100% y se reconocen las plazas en algunos dispositivos más bien comunitarios; en otros, como en unidad de hospitalización de agudos estas plazas no están reconocidas en su totalidad, algo contradictorio para los profesionales, personas y familiares. Esto también es quedarse a medias. Formas a profesionales especialistas, para que una vez acabada la residencia, tengan que trabajar en servicios ajenos a su especialidad, mientras que profesionales sin especialidad trabajan en servicios donde existe la figura de la enfermera especialista.
P: ¿Qué es lo que más le ha gustado?
R: De la especialidad me ha gustado todo, excepto el sueldo. Si tuviera que elegir dos cosas a nivel formativo, serían la docencia semanal y la cantidad de dispositivos por los que rotamos, esto hace que conozcamos cómo se trabaja en cada servicio, qué objetivo tiene cada uno, qué puedes aportar tú como enfermera especialista y, sobre todo, conocer muchas y diferentes personas, profesionales y formas de trabajar.
Me gustaría mandar un abrazo enorme a mis compañeras y compañeros de residencia, por todo lo compartido y disfrutado. Agradecer públicamente a mis tutoras y a todos los profesionales con los que me he cruzado en el camino por todo lo aprendido y vivido. Vaya donde vaya, el Hospital Universitario Virgen Macarena siempre estará presente. Y aunque nos separen más de 600km, para mí, Sevilla siempre será Sevilla.
“Me encantaría trabajar como enfermera especialista
en salud mental en la parte asistencial y como docente en la universidad”
P: ¿Tiene trabajo?
R: Al finalizar la residencia decidí volver a mi ciudad natal, por varias razones. Una de ellas fue por las mejores condiciones laborales. Dos semanas después, firmé un contrato de vacante en un equipo de intervención comunitaria infanto-juvenil. Se trata de un equipo multidisciplinar de nueva creación, dirigido a adolescentes entre 12 y 18 años con trastorno mental grave en situación de aislamiento y absentismo del sistema sanitario, educativo y/o social. Adolescentes con alto riesgo psicopatológico y de exclusión social que tienen como característica común la difícil vinculación a los servicios ordinarios de salud mental. Se trata de acercar la mirada terapéutica a la vida cotidiana de los adolescentes y sus familias. Además, también trabajo como docente en la academia SalusPlay.
P: ¿Contempla la posibilidad opositar, trabajar en el extranjero o ser cooperante?
R: Contemplo opositar para obtener plaza fija como enfermera especialista en salud mental, como enfermera generalista no lo contemplo, al igual que tampoco contemplo trabajar en el extranjero o como cooperante. Vivir fuera de mi ciudad dos años, y según mi situación actual, ha hecho que mi preferencia sea estar cerca de mi familia, poder comer paella de mi abuela los domingos, ver crecer a los más peques de la familia y quedar los viernes con mis amigas en el lugar de siempre.
P: ¿Cómo se ve dentro de 20 años?
R: A pesar de ser una persona que le gusta organizarse y planificarse con suficiente antelación, 20 años me parecen demasiados. A grandes rasgos, me encantaría trabajar como enfermera especialista en salud mental en la parte asistencial y como docente en la universidad. Para lograr esto último, he iniciado el programa de doctorado en ciencias de la enfermería. Ojalá dentro de 20 años no hablemos de estigma cuando hablemos de salud mental y hablemos de especialidades reconocidas y desarrolladas.