Inicio Sala de prensa La Enfermería está en desacuerdo con los cambios en el calendario de vacunación
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Sevilla, 30 de enero de 2013.
El colectivo de Enfermería de Atención Primaria (AP) y Pediátrica ha evolucionado de forma muy notable en los últimos años.La mayor atribución de funciones propias y, por tanto, el incremento de su autonomía y la diferenciación de competencias respecto a Médico y Auxiliar, son el principal cambio experimentado. Por otra parte, los enfermeros consideran que la vacunación pediátrica es una aportación fundamental, al tratarse de una función en exclusiva de su profesión. Sin embargo, a pesar de que su reconocimiento como especialistas en vacunación ha ido aumentando, no están satisfechos de su grado de participación en la toma de decisiones sobre el calendario de vacunación la comunidad. Por ejemplo, consideran un retroceso para profesionales y pacientes el cambio en Andalucía de la vacuna hexavalente (vacuna combinada que protege a los bebés frente a seis enfermedades con una sola inyección) a la vacuna pentavalente más vacuna frente a la hepatitis B (seis pinchazos independientes).
Estas son las principales conclusiones de la investigación “Vivencias asociadas a Enfermería y la vacunación durante el primer año de vida”, puesta en marcha por el Ilustre Colegio de Enfermería de Sevilla y realizada por la empresa Core Research. El objetivo de este estudio ha sido definir el considerable cambio de funciones experimentado por el colectivo de Enfermería en los últimos años, a través de una encuesta realizada directamente a profesionales de la enfermería de Atención Primaria en Andalucía.
Papel de la Enfermería en la sanidad
Una vez que los pacientes son diagnosticados o intervenidos quirúrgicamente, explica Pilar Cordero Ramos, Vicepresidenta del Colegio de Enfermería de Sevilla, «somos los enfermeros quienes nos ocupamos de su evolución. Ello hace que las consultas de Enfermería sean cada día más demandadas como, por ejemplo, para los pacientes crónicos». Los mismos suelen mantener medicaciones estables en el tiempo. En este contexto cabe mencionar la prescripción enfermera que sigue pendiente de su aprobación definitiva. La misma facilitaría que los enfermeros españoles puedan indicar fármacos de venta sin receta – los llamados OTC, tales como ibuprofeno, paracetamol o ácido acetilsalicílico – así como productos sanitarios que los profesionales utilizan en su práctica diaria, entre los que se encuentran gasas, vendas y apósitos, entre otros. Con ello, no cabe duda de que se agilizaría el trabajo en hospitales y centros de salud en beneficio del paciente.
Vacunación pediátrica
Los enfermeros estiman que la vacunación, y en especial la pediátrica, es uno de los roles que más les satisface. Además, desempeñan una labor propia de la Enfermería: fomentar la prevención y el bienestar en detrimento de la enfermedad. A pesar de su papel fundamental, en muchas ocasiones no se cuenta con ellos para decidir cambios que afectan a su responsabilidad laboral directa, como es el caso de la vacunación, y que pueden perjudicar tanto el desempeño de su trabajo como al propio paciente.
En este sentido, mencionan los cambios en el calendario de vacunación del bebé durante el primer año de vida. Mientras que hay modificaciones que consideran positivas, derivadas de la demostración de una mejor cobertura, como el cambio de la vacunación de sarampión y el producido en la vacuna del meningococo C, hay otras decisiones que valoran de manera negativa. En este sentido, destacan el cambio de la vacuna hexavalente a la vacuna pentavalente más hepatitis B.
Seis pinchazos en uno
Según la encuesta realizada, el 93% de los enfermeros no hubiera recomendado el cambio de la vacuna hexavalente a la vacuna pentavalente + vacuna frente a la hepatitis B, y el 98% opina que los padres preferirían la vacuna hexavalente si pudieran elegir. En su opinión, las ventajas que aporta la vacuna al paciente pediátrico son fundamentalmente: menor número de inyecciones y menos agresividad para el niño; disminuye el riesgo de infecciones y el estrés del bebé, sobre todo en niños prematuros; y mayor comodidad para padres y pacientes. Desde el punto de vista del profesional, alegan un ahorro de tiempo y de gastos indirectos (jeringas, sueros, algodón…); evita errores en manipulación y el riesgo de olvidar vacunas; es más cómodo y se reduce espacio de almacenaje y cantidad de residuos.
En definitiva, el profesional de Enfermería de AP y Pediatría demanda al sistema de salud una mayor participación en las decisiones institucionales que pueden afectar a su trabajo, ya que la consulta de Enfermería puede aportar información valiosa de cara a la toma de una decisión.
Más información:
Gabinete de Prensa Colegio Enfermería de Sevilla
Nadia Osman García
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nadia@icoe.es