Inicio Sala de prensa «NADIE ESTÁ TOTALMENTE PREPARADO PARA ENFRENTARSE A SITUACIONES COMO EL TERREMOTO DE TURQUÍA»
Noticias
Noticias
REDACCIÓN: ECOES
Carmen Corral es enfermera del Servicio de Urgencias de Atención Primaria SUAP Sevilla. Un puesto en el que ejerce desde hace más de una década, aunque anteriormente ha desempeñado su labor en otros centros como el Hospital Miguel Servet de Zaragoza o el Hospital de El Bierzo en Ponferrada (León). Sevillana de adopción, aunque nacida en Villafranca del Bierzo (León), compagina la profesión enfermera con una vocación solidaria que le ha llevado a formar parte del Equipo START de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Su primera experiencia la vivió en el reciente terremoto de Turquía, donde encontró un equipo de compañeros que se lo hicieron todo mucho más fácil y se nutrió de historias que quedarán para siempre en su memoria.
P: ¿Por qué decide colaborar con las misiones de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo?
R: Siempre he sido un poco inquieta en cuanto a descubrir nuevas facetas dentro de mi profesión y la Cooperación Internacional es un campo que siempre me ha interesado, pero nunca me había lanzado a probarlo. Y llega el día que te preguntas a ti misma por qué no. Y decides que ese es el momento y empiezas a interesarte, a prepararte, a formarte para cuando surja la oportunidad. Y en ese viaje descubres que te interesa, y sobre todo algo que te motiva.
P: ¿Cómo es la labor de una enfermera en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo?
R: La AECID abarca un amplio campo de actuaciones (agua y saneamiento, educación, medio ambiente, desarrollo rural o crecimiento económico, entre otras muchas) en diferentes países de América Latina y Caribe, África Subsahariana, Norte de África, Oriente Medio y Asia). Dentro la AECID, se encuentra la OAH (Oficina de Acción Humanitaria), a la cual pertenece el Equipo START, del que yo formo parte y es el que se ha desplegado en Turquía. Es un equipo mayoritariamente sanitario, diseñado para desplegarse en menos de 72 horas, cuya misión es actuar en toda emergencia humanitaria en que la Cooperación Española decida intervenir, e incluye, además de personal médico y de enfermería del Sistema Nacional de Salud, otro personal no sanitario, experto en agua y saneamiento, logística o técnicos en electricidad y electrónica, entre otros profesionales. El Equipo START cuenta con tres perfiles diferenciados para Enfermería: urgencias, quirúrgico y de hospitalización. Dependiendo del área a la que pertenezcas las funciones son específicas.
En urgencias abarcas el triaje del paciente, la atención urgente, tratamiento inmediato, o si precisa alguna cura u observación. En quirúrgico, todo lo relacionado con el paso del paciente por la zona quirúrgica, desde preanestesia, procedimiento quirúrgico (instrumentista y circulante), control de unidad de esterilización, hasta unidad post reanimación.Y por último, en hospitalización se ofrece una atención integral al paciente que precisa observación y tratamiento de más larga duración.
P: ¿Está una enfermera preparada para la exigencia mental que conlleva participar en un operativo de rescate como el del terremoto de Turquía?
R: Creo que nadie está totalmente preparado para enfrentarse a situaciones como el terremoto de Turquía. Son situaciones inesperadas, duras, injustas y crueles que a veces alcanzan distintas esferas en las que se mezclan muchos sentimientos propios y ajenos y no hay un cuadernillo estándar a seguir. La carga emocional que rodea a todas las víctimas que atendimos te obliga a ofrecer mucho más que atención sanitaria. Pero creo que cuando una persona decide entrar a formar parte de un equipo de este tipo, tiene unas inquietudes que la predisponen a ser capaz de enfrentarse a ello. En mi opinión, creo que es el primer paso, después son muchas horas de formación, de preparación, de cursos, de simulacros con el equipo y, finalmente, comprobar que cuando sucede y estás sobre el terreno, todo fluye y eres capaz de afrontarlo.
P: ¿Cuáles son las primeras acciones a llevar a cabo en situaciones de ese tipo?
R: Lo primero de todo es activar al personal que va a formar el equipo y que en 24 horas esté listo para movilizarse. Todo esto lleva detrás un gran trabajo logístico de permisos, de búsqueda de ubicación, de transporte de material. Cuando el equipo está sobre el terreno comienza el montaje del hospital, en nuestro caso de categoría EMT 2, con 20 camas de hospitalización y capacidad quirúrgica, que requiere un periodo de 72 horas de montaje.
Montamos primero las tiendas de la zona de vida, con saneamientos y luego se comienza a montar el resto de los distintos servicios del hospital (salas de curas, trauma, triaje, paritorio, consultas de urgencias de adultos, de pediatría, de ginecología, sala de rayos, quirófano, sala de esterilización, laboratorio, urgencias, observación, hospitalización, farmacia, puesto de mando, rehabilitación, psicólogo, entre otras)
«A raíz de una réplica del terremoto atendimos a cerca de 300 pacientes en cuatro o cinco horas»
P: ¿Cómo valora esa experiencia a nivel personal?
R: A nivel personal ha sido una gran experiencia. En mi caso era la primera misión con el equipo START y me ha dado la posibilidad de demostrarme que he sido capaz de ayudar en esa situación, en la que realizas tu trabajo, lo que sabes hacer, pero en un ambiente muy distinto, fuera de lo habitual, saliendo de lo que llamamos tu zona de confort, con gente con la que no trabajas habitualmente. Han sido muchas las historias de personas afectadas y cada una de ellas te transmite, te enseña y te da una perspectiva de las cosas importantes de la vida. Destacaría la calidad del equipo humano con el que compartí la misión, desde compañeros sanitarios a logistas, técnicos del equipo, supervisores o jefes de área. Creo que fue la mezcla de todos, lo que hizo que todo fuera más fácil. El Hospital START, está preparado para atender un flujo de unos 200 pacientes por día. Diez días después del despliegue, se produjo una réplica del terremoto de menor duración e intensidad (6,4 en la escala frente al terremoto original de 7,5). Eso supuso en cuestión de veinte minutos una oleada de víctimas y se atendieron en cuatro o cinco horas a cerca de 300 pacientes. Tras unos minutos de caos inicial por el desbordamiento, el hospital al completo se volcó y fuimos capaces de atender la alta demanda. Creo que fue el momento más crítico de nuestro despliegue, pero del que nos sentimos tremendamente orgullosos como equipo.
«Un trozo de mi corazón se quedó en Turquía para siempre»
P: ¿Resulta más difícil afrontar mentalmente los momentos previos a estar trabajando sobre el terreno o es más duro asimilar posteriormente lo que se ha vivido en esa experiencia?
R: En mi caso, los momentos previos al despliegue fueron difíciles, sentí miedo por la incertidumbre. Miedo a no ser capaz de responder, miedo a no ser capaz de ayudar, miedo a sentir debilidad, miedo a lo que te vas a encontrar. Tengo que decir que duró poco, lo justo de llegar, conocer al equipo con el que iba en la misión, sentir esas miradas de apoyo cómplices y esas miradas que transmitían seguridad compartida, como diciendo no estás sola, entre todos lo haremos bien. Y a partir de ahí todo fluyó. El regreso fue extraño, durante dos semanas tu vida habitual se detiene, cambian tus prioridades sin casi darte cuenta y te acostumbras a una dinámica distinta. Los primeros días tras el regreso me sentía bien, pero un poco desubicada en mi vida. Creo que mi mente se quedó en Turquía unos días más que yo y un trozo de mi corazón también se quedó allí para siempre.
Afortunadamente en el equipo tenemos mucho apoyo y ayuda psicológica en caso de necesidad.
P: En su trabajo diario actúa como enfermera del Servicio de Urgencias de Atención Primaria. ¿Estas funciones le sirven para afrontar su participación en desastres como el terremoto de Turquía o son contextos muy diferentes?
R: Los contextos son tremendamente distintos. Atendemos población que durante los primeros días no tenía un techo donde dormir. Los más afortunados se reubicaron en casas de familiares que habían sufrido pocos daños y, los menos, dormían en tiendas de campaña a la intemperie o en el interior de sus vehículos, con temperaturas rozando los cero grados. En mi trabajo diario, los pacientes cuentan con todo tipo de recursos, acceso a medicamentos, higiene, alimentos, agua potable, agua caliente. En Turquía, el desafío era adaptar tus funciones de enfermera de urgencias a los escasos recursos de que disponía la población en ese momento. Algunos pacientes se citaban a diario para hacerle un seguimiento de las curas, prevenir infecciones y dar una dosis de calor humano. La barrera idiomática a veces era un elemento que complicaba la comunicación y la asistencia. En momentos urgentes contábamos con traductores y en otros momentos usábamos la tecnología como ayuda. Creo que esa dificultad en la comunicación verbal, potenció mucho más la comunicación no verbal y podías percibir el dolor y la desesperación de la gente en su mirada y sentir que un abrazo calmaba más que un analgésico.
P: Las enfermeras llevan a cabo funciones fundamentales para el sistema sanitario, ¿considera que está reconocida su labor?
R: La Enfermería cada vez abarca más funciones, sin embargo pienso que, a nivel institucional, aún le queda un arduo camino para poner en valor muchas de ellas. Creo que las especialidades de Enfermería, como en otras profesiones, deberían ser reconocidas y potenciar la labor específica que las enfermeras realizan en cada una de ellas. La población en general, sí reconoce día a día nuestra labor, nuestra entrega y profesionalidad y más después de haber atravesado por momentos complicados como ha sido la gestión de una pandemia y cómo hemos respondido ante ella.