Inicio Sala de prensa Alicia Marín, Premio EIR: “Las enfermeras Pediátricas aportamos un beneficio por nuestras habilidades y conocimientos, pero no se nos reconoce”
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Alicia Marín, enfermera especialista en Pediatría natural de La Puebla de Cazalla, se ha hecho con el Primer Premio EIR 2024 que concede el Colegio de Enfermería de Sevilla (ICOES) a la enfermera especialista en formación más brillante de la provincia de Sevilla. Su sueño como profesional es trabajar en Cuidados Críticos y Urgencias Pediátricos, pero reconoce que la situación laboral en la Sanidad es muy complicada debido, entre otras causas, a la ausencia de plazas específicas para enfermeras especialistas en las convocatorias de empleo público. En esta entrevista, la profesional reconocida este 2024 por ICOES como Mejor Enfermera Especialista en Formación expone sus sueños, sus inquietudes, y el lado más humano de la Enfermería.
27 de marzo, 2024.- Noelia Márquez
-¿Cómo ha recibido el Premio a la Mejor Enfermera Especialista en Formación de la provincia de Sevilla?
-Es un honor. El Premio del Colegio de Enfermería de Sevilla es un reconocimiento a todo el esfuerzo, no solo mío. Es el reconocimiento al esfuerzo de todos mis compañeros para conseguir la especialización en Pediatría. Es muy importante para nuestro recorrido, como enfermeros, lograr una mejor calidad asistencial mediante la especialización.
-¿Qué destaca de su residencia?
-El día a día. Cada sesión clínica, cada curso, los rotatorios… El trabajo conjunto es realmente lo que se reconoce en este premio.
-¿Por qué elegiste Pediatría como especialidad enfermera?
-Como enfermera comencé a trabajar en un servicio de Pediatría y sentí la necesidad de formarme para tener mayor seguridad y libertad en mi campo de trabajo para dar una mayor calidad asistencial a los niños y a sus familias. Realicé el EIR en Pediatría para alcanzar los conocimientos y habilidades que creo debe tener una enfermera que trabaja estos servicios específicos.
-¿Qué es lo más atractivo del EIR?
-El día a día, las rotaciones. Enriquecen mucho las sesiones clínicas en las que nos vamos formando. La potencialización y el estímulo de nuestros tutores y coordinadores para seguir formándonos y seguir el camino de la investigación, del trabajo científico.
«Si el Ministerio está haciendo un esfuerzo por formarnos como enfermeras especialistas, creo que las comunidades autónomas deberían aprovechar esta formación para ofrecer una mayor calidad asistencial en los campos específicos en los que nos especializamos. Y a nosotras como enfermeras, reconocer nuestra trayectoria y esfuerzo»
-¿Recomiendas la especialización a otras enfermeras?
-Por supuesto. Recomiendo la especialización en Enfermería porque creo en la especialidad como punto de referencia para actualizarnos. La Enfermería es muy amplia y los campos específicos como la Pediatría, la Atención a la Familia, la Salud Mental, la Obstetricia…. permiten que las enfermeras podamos adquirir conocimientos y habilidades para avanzar.
-¿Cuándo es el mejor momento para hacer el EIR?
-Puede ser en cualquier momento. Opté por hacer el EIR tras mi etapa de Universidad, cuatro años más tarde. Ánimo a los demás enfermeros porque no es una opción que tenga que realizarse justo al terminar en la Facultad, sino que se puede hacer más adelante.
-Como enfermera especialista. ¿Cuál es su sueño?
-Trabajar. El campo que más me gusta son los Cuidados Críticos y Urgencias Pediátricos. Y el campo de la Investigación y la Docencia.
-¿Puedes describir la situación laboral actual?
-La situación es complicada a nivel de las comunidades autónomas. Si el Ministerio está haciendo un esfuerzo por formarnos como enfermeras especialistas, creo que las comunidades autónomas deberían aprovechar esa formación para ofrecer una mayor calidad asistencial en los campos específicos en los que nos especializamos. Y a nosotras como enfermeras, reconocer nuestra trayectoria y esfuerzo tras la especialidad.
«Una solución sería una convocatoria de oposiciones con plazas de especialista a la que podamos acceder las enfermeras con especialidad para poder optar a puestos específicos»
-¿No hay puestos suficientes?
-En Andalucía existe la Bolsa de Enfermería Especializada en Pediatría, pero no se contrata a través de esta bolsa. Una solución sería una convocatoria de oposiciones con plazas de especialista a la que podamos acceder las enfermeras con especialidad para poder optar a puestos específicos.
«Entender el lenguaje no verbal en los niños es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en los pacientes pediátricos. Si llora o no habla el niño puede estar expresando temor, y es necesario tranquilizarlo mediante el juego, símbolos y un leguaje adaptado a su edad»
-Para una enfermera, ¿en qué se traduce ocupar un puesto en unas Urgencias Pediátricas sin estar especializada?
-En nuestra profesión cualquier movimiento dentro del hospital (servicios, urgencias, uci, quirófanos…) requiere de conocimientos y habilidades de modo que se pueda ofrecer una atención sanitaria de calidad. Una enfermera que termina la especialización de Enfermería en Pediatría tiene la capacidad para trabajar en cualquier servicio específico de Pediatría y puede empezar a trabajar en cualquier momento. Aporta calidad y seguridad.
-¿Falta reconocimiento al no existir puestos específicos de Enfermería Pediátrica?
-Aportamos nuestros conocimientos y habilidades de la especialidad pero no se nos está reconociendo como enfermeras especialistas en Pediatría. Aportamos ese beneficio. Es decir, ni el supervisor ni los compañeros me tienen que explicar desde el punto cero cómo hacer mi trabajo porque, al haber rotado ya por ese servicio, sé cómo tratar a esos pacientes y qué cuidados específicos requieren. No tengo el reconocimiento que otras especialistas sí tienen como la Enfermería Obstétrica, por ejemplo.
-¿Qué camino habría que seguir?
-Enfermería de Salud Mental está teniendo un auge y creo que es el camino que deberían seguir el resto especialidades, Pediatría, Enfermería del Trabajo…
-¿Qué cualidades son necesarias para ser Enfermera Especialista en Pediatría?
-Al trabajar con pacientes pediátricos lo primero es ver al niño, no como un paciente adulto porque no se puede tratar igual. La comunicación con el niño tiene que ser distinta y hay que tener en cuenta el lenguaje no verbal. El llanto puede ser la expresión de que el niño tiene ansiedad, temor y si no habla puede indicar que tiene miedo. Hay que entender el lenguaje no verbal en los niños, creo que es uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta en estos pacientes. Así como la comunicación que tenemos que hacer con el niño, a través del juego, los símbolos… de modo que nos pueda entender con ejemplos, una historia… nunca se le debe mentir. No podemos actuar como si el niño no existiera. Tenemos que dirigirnos al niño y al padre, pero sobre todo al niño. Hay que tratar de explicarles lo que le vamos a hacer y tranquilizar al niño en la medida de lo posible.
-¿Puedes dar detalles de tu trayectoria?
-Tengo mucho camino por recorrer, pero dentro de lo que ha sido mi experiencia con niños he tenido momentos muy duros. En mi trabajo en Oncología Pediátrica y en otros servicios he vivido momentos muy difíciles. La mayor complicación son las malas noticias. Es necesario apoyar, en momentos de cambio tanto a nivel físico como psicológico, a los pacientes y también a los padres, a la familia. Saber apoyarlos y darles el afecto y la escucha, la empatía que necesitan en un momento duro como puede ser un mal diagnóstico o una esperanza de vida nefasta.
«Somos humanos, somos personas que vemos cara a cara a la enfermedad, vemos la vida y vemos la muerte. Al final es imposible apartar la vida profesional de la personal»
-Las enfermeras están mucho tiempo al lado del paciente. Esas situaciones deben ser duras. ¿Cómo aparcas las vivencias profesionales en tu vida personal?
-Es difícil aparcar las vivencias. Con niños a veces cuesta más aparcar las vivencias que se tienen como profesional en el hospital. Somos humanos, somos personas que vemos cara a cara a la enfermedad, vemos la vida y vemos la muerte. Al final es imposible apartar la vida profesional de la personal. Es lo más complicado de nuestro trabajo