El pasado día 9 de abril el CGE anunció la realización de una macroencuesta para recoger las experiencias de las enfermeras y enfermeros en la atención a pacientes afectados por la enfermedad COVID-19. Este estudio, en profundidad, ha concitado el interés en su respuesta a más de 11.000 enfermeras y enfermeros de todo el Estado entre el 09-20 de abril. Igualmente, también se encargó la realización del estudio específico sobre Andalucía, elaborado a partir de las 1.300 encuestas que se correspondían a las desarrolladas sobre las enfermeras y enfermeros andaluces.

De las respuestas obtenidas puede deducirse la percepción de los profesionales sobre cómo esta pandemia les afecta desde el punto de vista clínico, brindándonos una cifra aproximada de 70.000 enfermeras y enfermeros que, durante el periodo de desarrollo de la misma, habían evidenciado síntomas cuya etiología no había podido confirmarse, como hubiera sido preceptivo, mediante la realización del oportuno test diagnóstico.
Un escenario, verdaderamente alarmante, si se suma a la escasa, y en algunos casos prácticamente nula posibilidad, de acceder a los equipos de protección individual en una situación dantesca que esta Organización viene denunciando desde el comienzo de la crisis.

Desde el CGE transmiten su firme intención de seguir, no solamente muy atentos sino absolutamente proactivos en nuestra contribución a prevenir un mayor efecto negativo en la salud de las enfermeras intentando que no quiebre su compromiso inestimable y fuera de toda duda a la hora de atender a los pacientes afectados por la enfermedad.

Asimismo, confirman la exigencia por parte del Consejo General de cuantas responsabilidades políticas y jurídicas se deriven de la nefasta gestión llevada cabo por el Gobierno, y en su caso las comunidades autónomas, en la resolución de esta crisis.