Inicio Sala de prensa «EL CONTACTO PIEL A PIEL INMEDIATO PROPORCIONA MAYORES ÍNDICES DE ÉXITO EN LA LACTANCIA MATERNA INMEDIATA Y AL MES»
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A sus 47 años, José Miguel Pérez Jiménez es enfermero especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria. Asimismo, es Doctor en Ciencias de la Salud y Máster en Nuevas Tendencias Asistenciales en Ciencias de la Salud, por la Universidad de Sevilla. Además de su faceta sanitaria, es profesor asociado en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología, en las asignaturas de Ética y Gestión y Soporte Vital. Pertenece al Grupo de Investigación: Innovación en Cuidados y Determinantes Sociales en Salud (cts-969).
Actualmente trabaja como supervisor de Enfermería en la Unidad de Gestión Clínica de Anestesia y Reanimación, de manera más concreta, en sala despertar y en la Unidad de Reanimación Posquirúrgica (URP) del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla.
P: Recientemente ha realizado la defensa de su tesis ‘Cesárea Humanizada. Un Estudio Fenomenológico y Experimental del Contacto Piel con Piel’, generando la calificación cum laude. Su conclusión es que las mujeres con cesárea, en las cuales ha basado su estudio, se recuperan antes si permanecen realizando el contacto piel con piel con su bebé. ¿Qué le impulsó a realizar este estudio?
R: Este tipo de partos requiere de una cirugía mayor, es por eso que la madre precisa de cuidados posquirúrgicos en sala de recuperación y el niño, al estar sano, permanece separado de ella en la habitación con el padre u otro familiar. Durante el desarrollo de mis funciones como organizador de cuidados surgió una preocupación.
Es habitual encontrar en la sala de despertar a alguna mujer recuperándose de su proceso de cesárea, y a veces incluso pidiéndonos por favor que la llevemos con su hijo. Este hecho motivó la necesidad de analizar con este estudio el efecto que produciría si mantuviéramos en un mismo lugar a madre e hijo, fomentando un vínculo y apego seguros.
P: Según su estudio, ¿qué diferencia de tiempos y de ‘calidad’ de recuperación habría entre aquellas mujeres con cesárea que practiquen el contacto piel con piel tras el parto y las que no lo hagan?
R: Como hemos demostrado, el contacto piel con piel puede realizarse de manera inmediata al nacimiento y de forma segura desde la mesa quirúrgica y permanecer en una sala de vigilancia madre, hijo y acompañante hasta recibir el alta a una habitación de maternidad. En los casos en que se separa al bebé de su madre, el reencuentro puede producirse entre las tres y seis horas después del parto, dependiendo de si la mujer tiene bloqueados los miembros inferiores por la anestesia epidural o de la aparición de algún tipo de molestias como vómitos, cefaleas o dolor.
Los resultados de este estudio muestran que el contacto piel a piel inmediato proporciona mayores índices de éxito en la lactancia materna inmediata y al mes. Se relaciona con mayores sentimientos de satisfacción de la madre, en relación con la experiencia vivida con esta técnica, con el confort, con la presencia del acompañante y mejora su percepción sobre la experiencia del parto comparándolo con cesáreas anteriores. Disminuye la sensación de dolor en la sala de recuperación y aumenta la contracción uterina, consiguiendo una recuperación más efectiva de los valores maternos de hemoglobina sérica.
Este aspecto es muy novedoso y está relacionado con la hemorragia posparto. En los partos normales, tras el nacimiento, se produce una fuerte contracción uterina para cerrar los vasos sanguíneos. Gracias a esto, el sangrado es mínimo en la madre. En cambio, en las cesáreas, no ocurre de esta forma ya que hay una disminución de liberación de la hormona oxitocina, encargada entre otras funciones de la contracción uterina, por lo que se produce una contracción inadecuada de las células del miometrio y un retraso en la involución del útero. Esto influye de manera negativa en la recuperación de la madre ya que el riesgo de sangrado es mayor.
Sabemos que el contacto piel con piel (CPP) provoca un aumento de oxitocina y de las beta-endorfinas que favorece la contracción uterina. Esta relación entre el CPP y la hemorragia posparto adquiere mayor importancia cuando la mujer, presenta niveles de hemoglobina más bajo de lo normal antes de la cesárea, previniendo futuras complicaciones.
P: ¿Cuánto tiempo tiene que pasar desde que se aplica la cirugía a la mujer hasta que practique el contacto piel con piel con su bebé?
R: El contacto piel con piel inmediato debe iniciarse tan pronto como el neonatólogo valore el bienestar del recién nacido una vez practicada la cesárea. El resto de las técnicas deben posponerse y dar prioridad al CPP. En el quirófano, pedíamos a los ginecólogos que desplazaran el arco de la mesa quirúrgica para preparar un lugar más cómodo para que la madre pudiera recibir a su hijo de forma segura. Ha sido uno de los acontecimientos más maravillosos de mi vida, el ver como él bebe repta sobre el torso de la madre hasta alcanzar el pezón.
«Se han encontrado cambios epigenéticos en los sistemas
de regulación del estrés en el recién nacido a
consecuencia de la separación de la madre tras el nacimiento»
P: Además de una ventaja física, ¿supone una mejora a nivel psicológico?
R: No se debe olvidar que el nacimiento es un momento único que debe ser compartido por la madre, el padre y el recién nacido, por eso debemos minimizar los efectos de la cirugía, siempre que la situación lo permita, intentando que el puerperio inmediato sea lo más parecido al de un parto vaginal.
Se han encontrado cambios epigenéticos en los sistemas de regulación del estrés en el recién nacido a consecuencia de la separación de la madre tras el nacimiento. El hecho de interponerse al contacto en esta primera hora de vida puede intervenir con la regulación hormonal y el sistema neuroendocrinológico, ya que existe un proceso natural e innato el cual se está entorpeciendo, y puede tener efectos negativos sobre la creación de respuestas maternales que facilitan el vínculo seguro. Se relaciona con un aumento de la expresión de los genes que sintetizan ciertas moléculas y hormonas (cortisol, adrenalina…) producidas en el cerebro y glándula suprarrenal en ambos, de ahí que esta separación influya en la disminución de la probabilidad de beneficios fisiológicos y neurocomportamentales.
Este retraso en el reconocimiento de la madre puede crear un vínculo débil con su hijo, que puede ser evitable con un ambiente de cariño y arropamiento, gracias al CPP. Todos estos sucesos se engloban en un concepto llamado DOHaD (Developmental Origins of Health and Disease), el cual explica que eventos precoces en la vida pueden determinar distintas formas de comportamiento, mentales y biológicas a largo plazo, incluso favorecer el desarrollo de enfermedades.
Como hemos explicado anteriormente, las mujeres con cesárea tienen menos oxitocina circulante y gracias al CPP estos niveles aumentan. Esta hormona promueve comportamientos sociales interactivos, la vinculación y el apego en la madre. También estimula comportamientos maternos más complejos reduciendo los niveles de ansiedad, miedo y dolor.
Mantener a las madres y los recién nacidos juntos después de un parto por cesárea promueve la atención centrada en la familia, como centro de autocuidados y aumenta la satisfacción entre las mujeres, enfermeras y proveedores de obstetricia, todo ello sin incurrir en grandes costes.
P: ¿Cómo responden a su vez los bebés que reciben el contacto piel con piel con sus madres tras el parto?
R: En el recién nacido el CPP estabiliza las funciones vitales, mejora los niveles de saturación de oxígeno, mantiene estable la temperatura corporal, disminuye la percepción de dolor y de niveles de cortisol salivar tras el parto, además confiere períodos más largos de sueño. Varios estudios afirman con un grado de evidencia A, que los recién nacidos a los que se les realiza el CPP no precisan ningún tipo de reanimación y como fuente de calor actúa la propia madre. Se ha demostrado que existe relación entre la realización de esta técnica y la tasa de supervivencia de los RN. Sabemos que en los partos normales mueren más bebés prematuros/nacidos con bajo peso (<2,0 kg) si no hacen el CPP desde el nacimiento. Incluso en casos de Covid la tendencia es clara, ya que separar a las madres de sus recién nacidos por esta enfermedad tiene efectos negativos.
Esta técnica favorece la creación de un apego adecuado, un vínculo físico y emocional fuerte con la madre. Si nuestra unión es así, nos dará seguridad para explorar el mundo y nos sentiremos preparados para ello, seremos personas con confianza, podremos conectarnos con los demás y seremos exitosos. Si nuestro vínculo es débil, sentiremos miedo de salir o explorar un mundo que se percibe como amenazante, porque no estaremos seguros de regresar al refugio.
Por tanto, estamos influyendo en tres esferas importantísimas: la regulación emocional, la función cognitiva (base de los procesos cognitivos básicos, aprendizaje y adquisición de habilidades) y las capacidades básicas que conformarán el comportamiento social (empatía, compasión social). Fomentar un apego adecuado dota de habilidades al ser humano para enfrentarse con mayor éxito en situaciones estresantes como la pandemia Covid, y capacita asimismo de gestión emocional para controlar la impulsividad, la violencia y las conductas de riesgo.
P: ¿Qué similitudes y diferencias de estimulación tienen los bebés cuando realizan el contacto piel con piel con la figura paterna?
R: En este trabajo no hemos contemplado esa opción. Sería interesante realizar algún estudio de ese tipo. Hay autores que recomiendan que lo haga el padre cuando la madre no puede. En nuestra investigación hemos demostrado que los bebés que realizan el CPP tienen más éxito en la lactancia en las primeras horas posteriores al nacimiento y al mes de este. Esta variable estaría influenciada de manera negativa si lo hiciera con el padre.
P: ¿En qué consiste el protocolo de actuación de esta práctica que se ha puesto en marcha en el Hospital Universitario Virgen Macarena?
R: Nuestro trabajo es anterior al diseño e implantación de este protocolo que menciona. Gracias a las Unidades de Gestión Clínica de Obstetricia y Ginecología, Pediatría y Anestesia y Reanimación, se ha podido establecer el Protocolo Cuidados Postoperatorios y Contacto Piel con Piel tras cesárea, en el que he sido un miembro más del equipo que ha participado en su elaboración.
Se ha dotado de infraestructura una parte del hospital y se han establecido unos estándares de calidad y seguridad para que la madre, siempre que reúna unas condiciones favorables, pueda permanecer en una habitación junto a su hijo y al padre u otro familiar que ella elija.
P: ¿Este protocolo debería de ser extensible a toda la red de centros sanitarios de Andalucía?
R: Ya hay hospitales que lo están haciendo. Las autoridades sanitarias deben responsabilizarse y resolver aspectos de infraestructura y falta de recursos humanos para conseguir que madre e hijo tras una cesárea puedan establecer el vínculo con un apego adecuado. En cualquier maternidad que se practiquen cesáreas, no deben existir impedimentos de espacio, ya que es imprescindible que exista un mismo lugar compartido para el recién nacido, madre y acompañante, que facilite la recuperación de estos tras la cesárea y favorezca el contacto piel con piel.
Es importante reconocer que para que la cesárea sea humanizada debe tener como base el centrar los cuidados en la mujer, respetando en todo momento sus derechos humanos. Esto implica evitar cualquier acto que incurra en violencia obstétrica. En España, existen artículos en los que se señalan como actos de violencia obstétrica aquellos casos ejercidos sobre las mujeres por parte de los especialistas en el momento previo y durante el parto dentro de las cuales incluye: ‘Separación de los hijos e hijas al nacer’.
En la comunidad internacional también aparece el término de Violencia Obstétrica. Concretamente en Argentina en el año 2009, en la Ley Nacional N°. 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. Esta ley sanciona específicamente a médicos y personal de salud que realicen actividades como obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su madre sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo o cargarla y amamantarlo o amamantarla inmediatamente al nacer.
Este trabajo tiene una implicación para la práctica clínica, la de romper rutinas innecesarias en cuanto a la separación de los recién nacidos de sus progenitores en el parto por cesárea. Con esta investigación pretendemos fomentar que los centros sanitarios otorguen la importancia que merece el diseño de una guía del contacto piel con piel en cesáreas basada principalmente en la información. Es primordial que los profesionales sanitarios y las madres conozcan las ventajas del contacto piel con piel, de esta manera todas ellas podrán ser capaces de decidir qué creen mejor para sus hijos y para ellas mismas. La madre nunca debe percibirlo como una obligación, si no como una decisión.
Alentamos a que todas las maternidades proporcionen contacto piel con piel inmediato después de una cesárea, de lo contrario muchas mujeres y sus recién nacidos pueden perder los beneficios conferidos por este. Dar un paso más e implementar el contacto piel a piel en todas las instituciones maternas e infantiles, no requiere de altos costos y sus beneficios tendrán un alto impacto en el desarrollo físico y psicosocial del niño.
«Implementar el contacto piel a piel en todas las instituciones
maternas e infantiles no requiere altos costos y sus beneficios
tendrán un alto impacto en el desarrollo del niño»
P: ¿Ha tenido alguna relevancia a nivel nacional e internacional?
R: Una parte de esta tesis es un ensayo clínico aleatorizado, del cual hemos podido publicar un artículo en la revista americana Nursing Open. Asimismo, hemos obtenido un premio en la I Jornadas de Investigación del Hospital Virgen Macarena, celebradas en diciembre del año pasado.